Es una de las personalidades históricas más importantes de la ciencia y en general, está considerado como el padre de la química moderna. Antoine Lavoisier, fue famoso por sus estudios centrados en la oxidación de los cuerpos, el fenómeno de la respiración animal y el análisis del aire, entre otros.
Nacido en Paris en la primera mitad del siglo XVIII, Lavoisier ocupa un puesto imprescindible en la historia de química. Ya no solo como protagonista principal de la llamada revolución científica, sino además fue quien condujo a la consolidación de la química como ciencia.
Con poco más de 20 años, ya ocupaba cargos públicos y a los 25 fue elegido miembro de la honorable Academia de Ciencias. Antes había disfrutado de una educación privilegiada, empezando sus estudios en la escuela de élite Colegio de las Cuatro Naciones, donde ya destacó por sus dotes en Ciencias Naturales.
Aparte de destacar por sus estudios anteriormente mencionados, también destacó en muchos más campos como la ley de conservación de la masa o ley Lomonósov-Lavoisier, la teoría calórica y la combustión, investigaciones sobre la fotosíntesis… un gran trabajo que ayudo como no había hecho nadie antes a la consolidación y el auge de la química. Lavoisier incluso trató de introducir reformas en el sistema monetario y tributario francés y en los métodos de producción agrícola.
Pero si hay trabajos que destacar de este padre de la química, sin duda es importante subrayar sus experimentos sobre la naturaleza de la combustión. En ellos, Lavoisier, demostró que éste es un proceso en el que se produce la combinación de una sustancia con oxígeno, refutando la teoría del flogisto. También es importante como demostró al resto de los científicos el papel del oxígeno en la respiración de los animales y las plantas.
Una de sus obras más famosas, tras una carrera exitosa y ya a una edad más madura, fue el Tratado elemental de química, publicado en 1789, apenas cinco años antes de fallecer. Lavoisier aclaró el concepto de elemento como una sustancia simple que no se puede dividir mediante ningún método de análisis químico conocido.
A su vez elaboró una teoría de la formación de compuestos a partir de los elementos. Llevando a cabo estudios cuantitativos sobre la fermentación alcohólica y halló, además de etanol y dióxido de carbono, otro producto al que le dio el nombre de ácido acético. Halló estequiométricamente con ayuda de balanzas que 95,6 partes de azúcar dan un 57,5 % de etanol, 33,3 % de dióxido de carbono y 2 % de ácido acético.
Otras obras famosas fueron Memoria sobre la combustión (1777) y Consideraciones generales sobre la naturaleza de los ácidos (1778).
Su muerte fue trágica e injusta, reconocida a posteriori por el nuevo gobierno francés. Al trabajar en el cobro de contribuciones, fue arrestado en 1793 a la edad de 50 años. Pese al apoyo que recibió de otros científicos y personalidades por sus trabajos, el tribunal comentó “La república no precisa ni científicos ni químicos, no se puede detener la acción de la justicia”. Lavoisier fue guillotinado el 8 de mayo de 1794.